Un ejemplo de campeón



Marcelo Nogueira mnogueira@ole.com.ar

La inteligencia de los líderes y el carácter de todos lo mantuvo en los cierres de los partidos importantes. Otra vez en lo más alto de América. Y contra los brasileños.

Estos pibes son increíbles. Otra vez campeones de América, como en el 2001. Y también en una final contra los brasileños, que bastante sufrieron la década más exitosa de la historia del básquet argentino. Todavía quedan varios de los que saltaban, cantaban, se abrazaban y festejaban de la misma manera en Neuquén que anoche en el Polideportivo marplatense.

Un verdadero campeón sabe sufrir. Y Argentina lo hizo como siempre. Se bancó la temprana e inesperada baja de Leo Gutiérrez; se acomodó a los problemas físicos no resueltos de Scola y Oberto; y se aguantó la salida también por lesión de Nocioni. Todo eso, por supuesto, necesitó de un acomodamiento táctico y estratégico, que debía ajustarse al plan inicial y aceptado de jugar con un plantel veterano, sin la velocidad de otros tiempos.

A pesar de tener menos “físico” fue la inteligencia de los líderes y el carácter de todos lo que mantuvo fresco el rendimiento en los cierres de los partidos importantes, ante Puerto Rico por la clasificación a los Juegos Olímpicos, y frente a los brasileños, en la final, que nadie quería perder. Y bien sabemos todos por qué cuestiones de rivalidad deportiva.

Es verdad que las derrotas ayudan a mejorar; y que los triunfos muchas veces esconden defectos. Pero, nos parece, que ahora más que nunca se necesitaba construir con la victoria como aliada. Por tiempos que vienen, todo un importante proceso de recambio generacional que necesita del mejor espejo en donde mirarse.

Olé
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