
"Se respira tristeza...". Esta frase la escuché ayer en la marcha, me pareció que describía perfectamente la situación, pero le agregaría que también se siente la rabia, la indignación, la injusticia, la impotencia que nos une como pueblo, como personas, ya que el crimen cometido, sea la versión que sea, es un acto inhumano.
Ahora sí, lo más deplorable de todo esto es que este pueblo que se veía tan decidido, tan imponente, se haya quedado sentado hasta que ocurrió el nefasto incidente. Los robos, la violencia, la muerte, en fin, la injusticia, habita en este lugar desde hace años. El estancamiento ideológico y de acción (y de reacción), es impresionante, además de que causa temor. Ha habido problemas que todos conocemos, pero necesitamos que el acto sea tildado de inhumano para salir a protestar y reclamar, lo cual hace pensar que de haber salido antes a las calles, se podría (o no) haber evitado lo ocurrido ayer.
Si me queda algo más que decir no lo sé, son tiempos que parecen raros para los que estábamos acostumbrados al "no, Ayacucho es un pueblo tranquilo de 2x2", pero son tiempos que nos van a situar en un marco de referencia, el cual nos dice que la violencia, la marginalidad, la corrupción y, por sobre todo, la injusticia no son ajenos a nada ni a nadie.
Condolencias y apoyo a la familia Olano-Ibáñez, espero que se resuelva lo antes posible el esclarecimiento, y yo estoy seguro de su versión, no podría, por más objetivo que sea, creer en semejante acto. Fuerzas.
Nicolás Desimone
18 años
D.N.I.: 37344876
2293697413